El Efecto Incentivador: Un Obstáculo Sistemático Más que una Solución

Aunque ya he hablado en otro post del «efecto desincentivador«, la publicación de mi artículo «The innovation challenge in Spain: A Delphi study» en una revista de gran impacto como «Expert Systems with Applications» (Q1), me reafirma, tras un diálogo con más de 80 expertos en el sector, de la necesidad de cambios drásticos en su enfoque.

El Efecto Incentivador, que se encuentra en el centro del control de ayudas estatales para la financiación de la innovación en la Unión Europea, ostenta un aura de positividad al implicar el estímulo de la actividad innovadora. Sin embargo, al analizarlo desde una perspectiva crítica, se evidencian diversos fallos sistémicos que no sólo dificultan la innovación, sino que también pueden llegar a ser contraproducentes.

Problemas Fundamentales

«Valle de la Muerte» Extendido

Contradictoriamente, al intentar facilitar el proceso de innovación, el Efecto Incentivador prolonga el «valle de la muerte», que es crítico para la supervivencia de startups y PYMEs. Esta extensión del período de vulnerabilidad puede desembocar en la desaparición de proyectos potencialmente revolucionarios.

Incertidumbre y Rigidez

El actual modelo de Efecto Incentivador introduce incertidumbre y rigidez en un proceso que, por su naturaleza, se beneficia de la flexibilidad y la agilidad. Esto está en marcado contraste con enfoques más modernos para fomentar la innovación, que, basados en capacidades reales, busca crear un ambiente más dinámico y menos limitante.

Enfoque Lineal e Ineficiente

El sistema vigente se adhiere a enfoques lineales y sistémicos que, según estudios recientes, han demostrado ser ineficaces para abordar la complejidad inherente al proceso de innovación. Estas metodologías anticuadas generan ineficiencias burocráticas y desalinean los incentivos, lo que va en contra de la necesidad de agilidad y adaptabilidad en la innovación.

Hacia una Reconceptualización

En lugar de enfocar la discusión en la cantidad de fondos asignados, es esencial considerar cómo estos fondos pueden ser utilizados para realmente facilitar y acelerar la innovación orgánica y espontánea. Aquí es donde modelos basados en la madurez tienen un gran potencial. Estos marcos buscan modularizar y agilizar el proceso de financiación, permitiendo una asignación más efectiva y eficiente de los recursos basados en las capacidades reales de las organizaciones para innovar, y no sólo en aspectos financieros.

Conclusiones y Futuras Direcciones

El actual Efecto Incentivador es más un lastre que un catalizador para la innovación. Su enfoque rígido y lineal está desfasado y necesita ser revisado a la luz de las metodologías ágiles y adaptativas que están emergiendo. Futuros estudios deberían centrarse no sólo en la cuantificación del impacto negativo del Efecto Incentivador, sino también en la exploración y validación de alternativas más flexibles y eficientes basadas en la capacidad y madurez innovadoras de las empresas.

Abordar estos problemas sistémicos requerirá un enfoque interdisciplinario que combine la reforma política, la investigación empírica y los mecanismos de apoyo para los innovadores, para finalmente cumplir la promesa de un ecosistema de innovación verdaderamente dinámico y eficiente.

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